Tras el terremoto y el tsunami que azotaron Japón en 2011 y el desastre de la central nuclear de Fukushima el mundo se quedó horrorizado. Había poco que las personas pudieran hacer para ayudar, más allá de las donaciones. Sin embargo, Japón es un lugar de mitos, folclore ancestral y antiguas leyendas. Allí existe la tradición de regalar grullas de origami para desear suerte, salud y serenidad. Además, las grullas son un símbolo de paz. En 2011 todo se llenó de grullas de papel. ¿Pero cuál es el origen de la leyenda de las mil grullas?
Mill grullas de papel para cumplir un deseo
Sadako Sasahi era una niña de dos años cuando Estados Unidos lanzó las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Nueve años después, Sadako estaba jugando cuando empezó a encontrarse mal y se desmayó. La radiación le había causado leucemia.
Para animarla, su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le habló de una tradición. Cuenta la antigua leyenda japonesa senbazuru que a aquel que consiga hacer mil grullas de papel se le aparecerá una grulla y le concederá un deseo. Otras versiones dicen que recibirá un regalo de los dioses.
Chizuko le regaló a Sadako su primera grulla, hecha con papel dorado. A partir de entonces, la pequeña dedicó todos sus esfuerzos a hacer mil grullas de origami con la esperanza de sanar algún día. El problema es que en aquella época el papel escaseaba y lo sacaba de donde podía, como de las cajas de los medicamentos.
Durante su estancia en el hospital y su incansable búsqueda de papel conoció a otros afectados por la guerra nuclear. Poco a poco su deseo fue cambiando, y quiso que su esfuerzo sirviera para alcanzar la paz y que todos los pacientes pudieran cuidarse.
La muchacha había conseguido hacer 644 grullas cuando el avance de su enfermedad le impidió continuar. Sadako Sasaki falleció el 25 de octubre de 1955, con solo 12 años. Pero, de alguna forma, consiguió terminar las mil grullas. Sus compañeros del colegio realizaron las que faltaban y enterraron a la pequeña con ellas.
Mill grullas en busca de la paz mundial
Pero la memoria de Sadako sigue viva. El 5 mayo de 1958, el Día del Niño en Japón, se inauguró el monumento a la paz de los niños en el Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima para conmemorar a Sadako Sasaki y a los miles de niños víctimas de las bombas atómicas.
La estatua representa a la pequeña Sadako sosteniendo una grulla dorada. En la base puede leerse este mensaje: "Este es nuestro llanto, esta es nuestra plegaria, paz en el mundo". Hoy en día, personas de todo el mundo visitan el monumento y siguen depositando grullas de origami a sus pies para honrar la memoria de los niños.
This morning's assembly was the story of Sadako Sasaki and the 1000 peace cranes. On a plaque at the base of her statue in Hiroshima are the words . . . ‘This is our cry, this is our prayer, peace in the world’. #moorlandsway #Oasis_INSPIRE pic.twitter.com/DlK2vfQpH8
— MoorlandsHead (@MoorlandsHead) September 24, 2018